SANTOS... VIDAS EJEMPLARES
- SANTA INÉS: FIESTA: 21 DE ENERO
Santa Inés tuvo un breve paso por la tierra, sin embargo suficiente,
gracias a su intensa y profunda fe, para ser modelo de fidelidad a su
Amado Jesús por sobre todas las cosas, llegando incluso a dar su vida. Su mismo nombre es presagio de su vida. Inés significa "pura" en griego y
"cordera" en latín. Muere pura, imitando a su amado, el Cordero de
Dios.
Santa Inés nació al rededor del año 290. Pertenecía a una noble familia
romana, recibió muy buena educación cristiana y había
consagrado su virginidad al Señor Jesús. Debido a sus riquezas y hermosura, la santa fue pretendida por varios
hombres, incluso por el hijo del alcalde de Roma, el cual le prometió
grandes regalos a cambio de la promesa de matrimonio. Pero ella, fiel a
su Esposo Jesús, le respondió: "He sido solicitada por otro Amante. Yo
amo a Cristo. Seré la esposa de Aquel cuya Madre es Virgen; lo amaré y
seguiré siendo casta". Ante esta negativa, él la denunció como cristiana
al gobernador. En ese tiempo se estaba realizando la persecución de
Diocleciano.
El gobernador intentaba persuadirla con amenazas, al no lograr convencerla, la apresó y la amenazó con las llamas. Pero todo en vano. Finalmente
resuelve condenarla a muerte degollada. En el momento de morir le dice al gobernador, que aún la intentaba
persuadir de que renegara de su fe y fidelidad a Jesús a cambio de
perdonarle la vida: "La esposa injuria a su esposo si acepta el amor de
otros pretendientes. Únicamente será mi esposo el que primero me eligió,
Jesucristo. ¿Por qué tardas tanto verdugo? Perezca este cuerpo que no
quiero sea de ojos que no deseo complacer". No quedó lugar sin herida en
aquel cuerpo tan pequeño.
Llegado el momento del martirio, reza y espera sin temor la llegada de su propia muerte. Sus restos fueron enterrados en la Vía Nomentana, en las llamadas
catacumbas de Santa Inés. Aún hoy, el 21 de enero de cada año, se
bendicen en este lugar dos corderillos con cuya lana se teje el Pallium
del Papa y de los Arzobispos. La Iglesia introdujo su nombre en el canon
de la Misa.
Yo amo a Cristo. Seré la esposa de Aquel cuya Madre es Virgen; lo amaré y seguiré siendo casta. |
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