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domingo, 13 de julio de 2014

¿Interceden los santos por nosotros?






Por el hecho que los del cielo están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más firmemente a toda la Iglesia en la santidad... no dejan de interceder por nosotros ante el Padre.

 Una de las mayores dudas que se crean con la figura de los santos es su capacidad de ser mediadores entre Dios y los hombres. Debido al pasaje bíblico de 1 Tim 2:5 muchos han hecho una interpretación errada. Ahí se dice: "porque hay un sólo Dios, y también un sólo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre". La primera interpretación nos diría que no cabe duda de que solo Jesús es el mediador entre Dios y los hombres, por lo tanto, afirmar que la intercesión de los santos es posible sería algo anti-bíblico, pero, la realidad es que no la contradice.
Muchos de estas interpretaciones se basan en prejuicios contra la Iglesia y la gran mayoría de interpretadores fundamentalistas terminan contradiciéndose. Esto también se debe a la ignorancia sobre lo que enseña la Iglesia Católica.
El cristiano cuando reza por otro o a un santo, su oración es en Cristo, no pensando que Cristo no tiene nada que ver en la oración. Nuestra oración no excluye la mediación de Cristo sino que es una mediación participada de su mediación. Así, en la Escritura se demuestra como muchas cualidades de Dios se nos atribuyen a nosotros.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos indica (956):

Por el hecho que los del cielo están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más firmemente a toda la Iglesia en la santidad... no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra... Su solicitud fraterna ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad.  
La mediación de los santos es real y verdaderamente fuerte ya que ellos viven la Gloria de estar con Cristo en los Cielos, y siguiendo de nuevo al apóstol Pablo cuando dice: "Exhorto, pues, ante todo que se hagan rogativas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres (1 Tim 2,1)", los cristianos tenemos la necesidad de orar para vivir el amor reconciliador que nos enseñó Jesús al abrirnos las puertas de la Casa del Padre. 

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